Jürgen Schadeberg es un fotógrafo sudafricano de origen alemán mundialmente conocido por haber realizado una de las fotos icónicas de Nelson Mandela.
A finales de los años sesenta, después de haber cruzado África de punta a punta más de una vez, decidió «retirarse» en la Costa del Sol, abandonar la fotografía y aprender a pintar. A pesar de ello, continuó haciendo fotos de fiestas y costumbres populares y algunos paisajes.
El 28 de diciembre de 1969 Schadeberg se acercó a la Venta del Túnel, un rincón aún hoy existente a las afueras de Málaga en la antigua carretera que va hacia Casabermeja, donde se celebraba la Fiesta Mayor desde principios de los sesenta; allí Schadeberg realizó un impresionante reportaje, del que vamos a ofrecer algunas fotos, imágenes que muestran un mundo ajeno aún a la gran transformación que se estaba produciendo en esos años.
La fuente de las fotografías que aquí se reproducen es un pdf con textos de su esposa Claudia Schadeberg y de Ken Brown que me llega a través de Belén Romero y Sergio Cuesta, una publicación que posiblemente incluye todas las fotos que Schadeberg realizó de la Fiesta Mayor, ya que si bien algunas fueron publicadas en su momento en el libro «España, entonces y ahora», otras se habían mantenido inéditas.
Estoy tratando de localizar la publicación en la que se han impreso, para poder dar la referencia correcta; he intentado contactar con Schadeberg y su esposa, a quienes visité hace unos años, pero no lo he conseguido, así que agradecería cualquier información sobre este documento con las fotos de Schadeberg.
La localización de los fiesteros que aparecen en las fotos ha ido posible gracias a la colaboración de los lectores en Facebook de Verdiales de Málaga La Canción de la Tierra, especialmente del ya citado Sergio Cuesta, y de Antonio Romero Ponce.
La presencia del sombrero de flores, cintas y espejos define la Fiesta de Verdiales en los rituales días de las pascuas: Fiesta que en los tiempos oscuros anuncia el renacer de la vida.
En la imagen Juan Medina y José Gutiérrez de los Anaya, padre de Salvori y Antonio Gutiérrez. Esta fotografía fue la elegida para la portada del libro España Antes y Ahora que recoge también fotos de fiestas populares valencianas.
La mítica Panda de Rafael Calderón.
Rafael Calderón Portillo, a la derecha agitando la vara de alcalde; tiene enfrente –al violín– a Antonio Vega Tuñón, conocido como El Lagartijo; Martín está a la guitarra, Antonio Cruzado, El Rubio de las Casillas, canta y toca los platillos. Al fondo, con la bandera, están Castelar y Antonio Cobos El Galleta con el pandero; delante de Calderón, con los platillos, vemos a Joseíto de Pagalbán.
Antonio Cobos El Galleta, mítico panderero de la Panda Rafael Calderón. Antonio me contó en 2015 que su profesión era la de cabrero y que solo tocaba el pandero en pascuas, que ni siquiera tenía pandero en casa: tocaba uno que le traía Rafael.
Y cuando le pregunté cómo era posible en esas condiciones haber conseguido tener su toque magistral, me dijo que a él le gustaba desde niño «arrimarse a la fiesta y escuchar», así que solo se le ocurría que «debió ser de eso».
Ese acercarse desde niño es clave en la transmisión de la Fiesta de Verdiales: escuchar, reconocer al maestro, fijarse en él, estar rodeado de fiesteros con los que compartir la fiesta como vida y en los que apoyarse para tratar de dar un paso adelante: la verdadera escuela.; a años luz de la rígida y distante enseñanza de un profesor «titulado» por instituciones ajenas que la Fiesta nunca conoció ni reconoció.
Panda de Comares, aparecen Manolo Hornero al laúd, José Mérida El Chato a la guitarra. Y Paco Maroto al violín. Esta foto adelanta a 1969 la presencia de una panda estilo Comares en la Fiesta Mayor.
Andrés Rivera «Cincorrales», alcalde de la panda estilo almogía y al su lado Pepe Baltasar a los platillos (fumando); frente a él, José Gutiérrez Suárez al violín y Juan Majallana
La Venta del Túnel tiene por detrás un talud al que de niños nos encaramábamos para ver la Fiesta desde arriba.
La Fiesta Mayor es un «día de Fiesta» que no está marcado de rojo en el calendario. Ese 28 de diciembre se reunían en la Venta del Túnel gran parte de quienes habitaban esa zona de los Montes de Málaga a poniente de la actual autovía Málaga-Las Pedrizas; vecinos de los diseminados de los partidos rurales de Roalabota, Ventalarga o Verdiales, y de cercanos núcleos como Los Pintado, Los Gámez y Pagalbán, o más distantes como Los Anaya.
La difusión de la Fiesta Mayor fue creciente y cada año creció a su vez el número gente que «subía» desde la propia Málaga, hasta provocar el fenómeno de que esta fiesta de los partidos rurales, normalmente rechazada en el medio urbano, haya sido asumida por la propia ciudad como parte su seña de identidad más profunda.
La Fiesta Mayor había sido promocionada por el régimen franquista como uno más de los aspectos «típicos» que hacían de nuestro país diferente… y atractivo por esa diferencia; una estrategia que pronto se dejó de lado para limitarse a la promoción de sol-y-playa. Pero al contrario que otros eventos que en esos años tenían lugar (como las Fiestas de Invierno de Málaga –hípica, regatas, etc) y que pronto desaparecerían, la Fiesta Mayor resistió (y aún resiste) esa tensión entre lo auténtico y su captura apoyada en la fuerza que, desde hace siglos, emana de la Fiesta de Verdiales y sus rituales de profunda raíz campesina.
Esta es una de las imágenes de Schadeberg que no habían sido publicadas.
¡Que siempre por encima de todo quede arriba la Fiesta!