Cinco años exactos de este pedazo de fiesta en Los Romanes.
Cuando empecé a grabar con el móvil los fiesteros ya llevaban más de cinco minutos en la plaza del pueblo revezo tras revezo, y cuando parecía que no quedaba más energía, Fran Amores consiguió poner en marcha la Fiesta hacia el bar: a la búsqueda del mítico caldo de puchero con el que reponer fuerzas; estábamos al filo de las 4 de la madrugada.
Dentro del bar, la Fiesta no se detuvo, y cuando parecía agotarse, Fran, una y otra vez con su cante y su baile, –y también otros– impedían que la Fiesta se acabara.
«Hasta que se rompa el suelo»